Es imposible explicar cuáles son las preferencia humanas. A pesar de ser de la misma materia y ambos bellísimos, (a cuál de ellos más bello), el sol al atardecer siempre ha tenido más público que aquel astro que surge al amanecer.
Sabe, es ingenioso esto de que los días terminen. Es un sistema genial. Los días y luego las noches. Y otra vez los días. Parece tan natural pero es muy ingenioso. Y allí donde la naturaleza resuelve colocar sus propios límites, estalla el espectáculo. Los atardeceres.